No esperaba encontrar a tanta gente allí, no esperaba encontrar más de 30 o 40 personas en el mejor de los casos y no ha sido pequeña mi sorpresa al comprobar que no solo había bastante más gente de la que preveía, si no que entre esta gente que ha dejado el consumismo vespertino del sábado a otros, había gente joven, gente mayor, gente de aquí y de allí, familias... la pluralidad de una lucha.
Se han repartido copias de algunos de los cables que conciernen a España en castellano e inglés, copias del manifiesto de Anonymous y se ha informado a todo aquel ciudadano interesado que preguntaba sobre lo que estaba ocurriendo frente a la embajada británica.
Temía enfrentarme al desencanto, pero es ahora cuando estoy totalmente segura de que no estamos persiguiendo un imposible, queremos la verdad y mientras permanezcamos online, tenemos la oportunidad y debemos luchar por este derecho, el derecho a estar informados.
Sigamos luchando contra la censura.
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